La angula no es ni marisco ni pescado en el sentido estricto de la clasificación, sino el alevín (cría) de la anguila, que es un pez; por lo que técnicamente es un alevín de pescado de agua dulce, aunque por su forma y uso en cocina se le asocie a veces con productos del mar como un manjar, siendo un producto exclusivo y caro, a diferencia de la gula, su sucedáneo de surimi a base de pescado.
Ingredientes:
- 400-500 g de angulas auténticas (o un paquete grande de gulas del norte, que son más económicas y deliciosas)
- 4-6 dientes de ajo
- 1-2 guindillas cayena (o guindilla fresca, al gusto para picante)
- 150-200 ml de aceite de oliva virgen extra (sí, mucho, es clave para la salsa)
- Sal (poca, sobre todo con gulas)
- Opcional: un chorrito de vinagre o limón al final para acidez
Preparación (10 minutos):
- Lamina los ajos finamente y corta la guindilla en rodajitas (quita semillas si no quieres mucho picante).
- En una cazuela de barro (ideal, para mantener el calor) o sartén antiadherente, calienta el aceite a fuego medio-bajo.
- Añade los ajos y la guindilla. Fríe suavemente hasta que los ajos empiecen a dorarse ligeramente (2-3 minutos; no los quemes o amargan).
- Incorpora las angulas/gulas escurridas (si son congeladas, descongela antes). Sube un poco el fuego y remueve con una cuchara de madera en movimientos circulares 1-2 minutos (las angulas auténticas apenas 30-60 segundos para que no se pasen).
- Prueba de sal y apaga el fuego. Deja reposar 1 minuto (el aceite se infusiona).
- Sirve inmediatamente en la misma cazuela, bien caliente. ¡Come con tenedor de madera para no pincharlas!
Consejos para que quede de lujo:
- Usa cazuela de barro → mantiene el calor y es tradición.
- El aceite sobrante es oro: moja pan o úsalo para otras recetas.
- Con gulas: salen perfectas y nadie nota la diferencia en este plato.
- Variante: Añade gambas peladas los últimos 30 segundos para un toque extra.
Fin de receta
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